En últimos meses hemos visto una enorme evolución en los precios de los smartphones en México. El tipo de cambio del peso respecto al dólar es el mayor culpable de ello, de hecho, no solo los teléfonos se han visto afectados, sino en general todos los productos relacionados con tecnología.
En los smartphones dichos cambios involucran específicamente una subida de precios. Tanto los modelos de gama alta, media o baja han tenido un incremento en su costo para el usuario final que, en el caso específico de los buques insignia, los hacen prohibitivos para la gran mayoría.
Esto a propiciado a que los fabricantes tomen nuevas estrategias para luchar por un pedazo del mercado. Una de ellas ha sido ampliar su catálogo, vendiendo una mayor variedad de equipos que se adapten a diferentes tipos de bolsillos, esta es una de las razones por las que hemos visto nacer nuevas categorías como la gama media-alta o la media-baja —en lo personal odio ponerles ese nombre.
La democratización del smartphone
Otra de las estrategias, y en la que queremos reflexionar el día de hoy, es en la de impulsar sus equipos de gama baja, algo que tiene bastante lógica sabiendo que en México estos modelos son los que tienen dominado el mercado.
Claro que esto solo ha sido posible con la maduración que han tomado los smartphones en todo el mundo, gracias a, por ejemplo, la mejora que han tenido los chipsets en los últimos años, la optimización de Android para equipos de especificaciones limitadas y en general, la disminución en los costes de fabricación.
Todo esto ha propiciado que la buena experiencia de usuario con un móvil no se limite solo a modelos de gama alta. Hoy en día, aunque uno tenga un presupuesto ajustado, siendo cuidadoso con la compra, puede adquirir un equipo con buen rendimiento (para lo básico) con poco dinero.
No podemos pasar por alto que esta "democratización" del smartphone Android con buen rendimiento se dio en parte gracias a Motorola, y no solo lo digo por el icónico Moto G de primera generación, sino por sus modelos más económicos, Moto E, que desgraciadamente dejaron de distribuir en el país.
Muchos fabricantes están, estarán, consolidando su gama baja a lo largo del año
Diversas compañías están aprovechando esta oportunidad para vender smartphones con buenas especificaciones a precios ajustados en México. Tenemos el caso de Hisense con su F23, Blu con un montón de equipos que se pueden conseguir "libres" en algunas tiendas, Alcatel, ZTE, e incluso fabricantes mexicanos como M4 y Lanix están tratando de hacerse un hueco por este frente.
Esto mismo ha propiciado a que otras marcas pongan la mira en nuestro territorio, por ejemplo, Xiaomi está atacando nuestro mercado con dispositivos como el Redmi 4X —que por cierto, analicé hace poco— un móvil que puede ofrecer mucho por poco dinero.
Mientras que por otro lado, hay empresas que quieren regresar a luchar en esta categoría, como Motorola. Sabemos que el Moto C será uno de los smartphones más económicos creados por la compañía, y aunque no tenemos confirmación de su llegada a México, hay suficientes pistas para asegurar que sí.
Como hemos dicho, la gama baja ha tomado un rumbo interesante en los últimos meses, y lo mejor es que tomará más fuerza a lo largo del año. Estupendo que todo esto sea para beneficio de los usuarios, ya que en México hay un 24.1% de personas que siguen limitadas a un feature phone.
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