La religion es una parte muy importante de la cultura mexicana, lo misma que la Coca-Cola. Son dos elementos muy comunes, pero diferentes entre sí. ¿Qué sucede cuando ambos se combinan en un solo elemento? En un pequeño pueblo de México yace la respuesta.
En el pueblo de San Juan Chamula, Chiapas, existe la peculiar iglesia de San Juan Bautista. Este nombre no suena tan llamativo, pero si utilizamos el nombre de 'La iglesia de la Coca-Cola' la historia cambia. Este nombre se debe, según reportes, a que la bebida de cola es utilizada como decoración y durante los servicios religiosos, como bebida curativa.
Esta doctrina combina catolicismo, la religión con más seguidores en el país, con creencias locales. La Iglesia de la Coca-Cola dice que los eructos ayudan a purificar el alma, y dado que la bebida tiene este efecto de causar eructos, la conexión es un tanto obvia. De esta premisa deriva el uso de la Coca-Cola en las ceremonias religiosas de la iglesia de San Juan Chamula, misma que anteriormente usaba alchol, pero se sustituyó por la gaseosa.
Además, otros reportes dicen que los asistentes a la iglesia suelen ofrecer Coca-Cola a los santos que velan por la iglesia a manera de ofrenda. Por otro lado, los habitantes del poblado también consideran a la bebida como santa, debido a sus poder curativo mediante eructos.
Esto no es todo, el dominio de Coca-Cola en San Juan Chamula es total, no solo se limita al apartado religioso, otro reporte asegura. No se vende otro refresco que sea Coca-Cola, además de que todo trato, sea religioso, cívico o comercial implica beber Coca-Cola a manera de sello.
La Coca-Cola es deliciosa, sobre todo con mucho hielo y en un día caluroso (a opinión personal), pero de eso a considerarla como sagrada y a darle un valor simbólico tan grande, hay un largo camino. Como sea, es una muestra más de que la variedad de tradiciones y costumbres es muy, pero muy vasta en México.
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