Finalmente una de las series más esperadas del MCU acaba de estrenarse el día de hoy, de manera que la entrada para un nuevo grupo de superhéroes de Marvel ya está hecha, sin embargo, este logro no ha tenido el mejor cierre que se podía esperar.
Iron Fist es la cuarta serie dentro de estas creaciones de Netflix, y hay una cierta expectativa que cumplir, sobre todo al tratarse de un héroe no tan conocido que tiene un trasfondo interesante. por lo que ¿tiene la serie lo que se necesita para sobrevivir al igual que sus antecesores?.
Danny Rand es el heredero de una corporación multimillonaria, y ha estado desaparecido por más de 15 años después de que sufriera un accidente junto a sus padres; desafortunadamente, Danny es el único que sobrevive y es gracias a unos misteriosos monjes, mismo que lo convirtieron en el arma viviente "Iron Fist".
Danny regresa para tratar de recuperar su vida, pero el tiempo que ha pasado y el hecho de que todo mundo lo dio por muerto desde el accidente, no harán que su vida sea fácil. Además, quienes fueran sus amigos de la infancia (Joy y Ward Meachum), son quienes dirigen la compañía que le pertenece por derecho, además de una influencia desde las sombras que será el verdadero peligro.
Uno de los problemas a los que se enfrenta es precisamente ese: sus antecesores; gracias a ello, la serie tiene valientes intentos de imitar o alcanzar a sus precedentes (sobre todo a Daredevil), sin embargo, terminan tristemente opacados por la torpeza que hay a su alrededor: desde actuaciones, hasta guión y tomas, hacen que la serie vaya perdiendo un valor que no era muy alto desde su inicio y se convierta en una secuencia de altibajos.
La realidad es que no se tratan de una serie tan mala, pero realmente toma algo de tiempo para despegar y empezar a encajar dentro del mundo compartido con los otros héroes; se puede disfrutar, pero no al mismo grado que otras.
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